Javier Verdaguer, un hombre próximo a los cincuenta años, va a parar, por una sucesión de casualidades, a la Filmoteca Soledad, donde se va a encontrar en el cine un refugio para sobrellevar sus miserias cotidianas como la grave enfermedad de su hijo y la infidelidad de su mujer. Con su obsesión por el cine verá desdibujarse poco a poco los límites entre la realidad y la ficción y se verá sometido a un misterio que huye de cualquier explicación racional. Los elementos que acompañan a esta intriga son un viejo que se parece a Borges, un joven obsesionado con Charlot cuya dependencia del cine es más peligrosa que su adicción a las drogas, un extraño cine-club donde se programan interminables sesiones de una misma película a gusto de cada espectador, y una secta de cinéfilos cuya mayor aspiración es "atravesar la pantalla" y de esta forma alcanzar otra forma de realidad. Javier no tendrá más que unirse a la secta cuando decide someterse a una interminable sesión continua de la película El silencio de los corderos. José Carlos Somoza conforma un relato de intriga ambientado en las calles del centro de Madrid donde confluyen sus temas predilectos: el cine, los límites entre la realidad y la ficción, y los sucesos aparentemente casuales pero de inquietante transcendencia.